Fuente: Ensedelecienciala
¿Qué es lo que se puede hacer cuando se tiene más de 450 millones de años viviendo como especie? Definitivamente eso es mucho tiempo, tanto que tu cuerpo podría adaptarse a muchos cambios y, en el proceso, podrías llegar a aprender algunos trucos para vivir. Bueno, ese es el caso del cangrejo herradura, una especie que ha adaptado su “sangre” (hemolinfa) a tal grado de tener múltiples propiedades antibacterianas.
Quizá el aspecto más característico a simple vista de la “sangre” de estos cangrejos, es su tonalidad azul, la cual es producida por una proteína llamada hemocianina, una variante a la hemoglobina presente en los mamíferos y que, a diferencia de esta, cuenta con dos átomos de cobre en lugar de hierro. Entonces, cuando el cobre se une al oxígeno, emite una tonalidad azul. Sin embargo, esta no es la razón por la que la sangre de los cangrejos herradura tiene un valor considerable para la industria farmaceútica.
Cuando tu cuerpo entra en contacto con agentes infecciosos o partículas extrañas, tu sistema inmunológico trata de combatirlos, a partir de mecanismos bien precisos, y mediante la acción de células especializadas conocidas como leucocitos (glóbulos blancos). En los invertebrados, esta acción la ejercen ciertas células llamadas amebocitos y, los cangrejos herradura del Atlántico (Limulus polyphemus) los han desarrollado hasta un punto de refinamiento tal que tienen un enorme valor médico.
Cuando la sangre de cangrejo herradura interactúa con endotoxinas, las cuales pueden ser producidas por muchos tipos de bacterias, los amebocitos se coagulan y forman una masa sólida, en una proceso que tarda 45 minutos, no dos días como ocurre con los equivalentes en mamíferos. A partir de este proceso, se puede utilizar su sangre para detectar contaminantes bacterianos letales que pudieran estar presentes en fármacos diseñados para entrar en el torrente sanguíneo humano, así como para probar equipos médicos y vacunas antes de su uso, sin el cual muchas más personas morirían a causa de infecciones.
Los científicos encontraron la forma de utilizar el lisado de amebocitos para probar medicamentos y vacunas, y en 1977 la FDA aprobó el lisado de cangrejo para este uso. Desafortunadamente, la sobreexplotación en América del Norte ha llevado a una disminución en las poblaciones de esta especie. Una manera de evitar que disminuya la población se basa en utilizar solo el 30% de la sangre de cada cangrejo, y después devolverlos al océano.
Se espera que en un futuro no muy lejano, los nuevos avances en la ciencia médica logren sustituir el empleo del cangrejo en las pruebas farmacológicas.