Fuente: Xataka México

Los refuerzos llegaron, no solamente a CDMX sino también a Chiapas, Jalisco, Yucatán, Oaxaca y Sinaloa, en donde a partir de este 7 de diciembre se han iniciado las aplicaciones de terceras dosis contra COVID-19 únicamente a adultos mayores, y en todos los casos se trata de vacunas de AstraZeneca, sin importar el biológico que antes hayan recibido las personas vacunadas.

Así que, oficialmente México ha iniciado el cruce de vacunas.

El tema llamó la atención en la conferencia de prensa del anuncio de la vacunación de refuerzos en CDMX, donde la prensa preguntó directamente si el cruce de vacunas puede considerarse seguro. La respuesta en realidad no dio claridad: la delegada estatal de programas de desarrollo para el bienestar en Ciudad de México, Estefany Correa, dijo «es algo que preferiría que Cofepris que ya cuando saque los lineamientos y el personal del sector salud, nos puedan hablar en específico».

En realidad el cruce de vacunas es ya una práctica constante ante la escasez de biológicos y la intención de varios países de aplicar refuerzos, en algunos casos a población vulnerable, en otros más a población en general. Dado el interés global, no son pocos los estudios que se han hecho sobre el uso de biológicos distintos al momento de aplicar un refuerzo contra SARS-Cov-2.

La mezcla de vacunas en realidad antes ha sido un recurso de valiosa ayuda, como cuando inició la vacunación contra el VIH a principios de 1990. Ahora, los estudios que han involucrado vacunas de AstraZeneca han investigado primordialmente su combinación de primeras dos dosis con una tercera dosis de Pfizer o Moderna, pues estas últimas funcionan con tecnología RNA mensajero, a diferencia del adenovirus debilitado de la de AstraZeneca. La combinación de vacunas en ese orden ha sido primordial para muchos países que reaccionaron limitando la distribución de AstraZeneca luego de que la EMA concluyera que hay un pequeño riesgo de trombosis a personas inoculadas con la dosis de AstraZeneca.

Más y más anticuerpos

El resultado ha sido mucho mejor que bueno. Uno de los estudios más referidos sobre el tema debido a que es uno robusto y en constante actualización, es el ComCovStudy de la Universidad de Oxford, que a mediados del 2021 encontró fuerte respuesta inmune en pacientes que recibieron dosis de Pfizer y Moderna después de AstraZeneca. El estudio sin embargo contempló esquemas de dos dosis, no refuerzos con tercera dosis incluida.

La misma universidad de Oxford tiene otro estudio en marcha que investiga el tema específico de los refuerzos, su nombre es COV-Boost, y apenas el 2 de diciembre de 2021 fueron publicados sus primeros datos sobre la efectividad de las vacunas cuando se utiliza su cruce en terceras dosis. Los resultados en su mayoría siguen siendo buenas noticias: las dosis de vacunas de RNA mensajero como las de Moderna y Pfizer-BioNTech que se usaron como refuerzo, resultaron en respuestas inmunitarias más potentes. No obstante, un efecto similar hubo (aunque no en la misma magnitud) al utilizar el resto de vacunas como refuerzos.

Los resultados publicados en The Lancet provienen de un estudio con 2,878 voluntarios que recibieron inicialmente dos dosis de AstraZeneca o de Pfizer, y luego recibieron refuerzos de Johnson & Johnson, Moderna, Valneva, Curevac, Pfizer y AstraZeneca. El resultado fue conforme el esperado: los refuerzos de Moderna (que funciona con RNA mensajero) provocaron mayor respuesta inmune, pero en realidad todas las dosis provocaron un aumento en anticuerpos y casi todas en linfocitos T, la línea de defensa que guarda registro de virus y bacterias y en caso de una reinfección son los primeros en comenzar una cadena de señales químicas que produce nuevos anticuerpos.

Solo hay un hallazgo que podría ser crucial cuando se trata de evaluar los efectos a mediano y largo plazo de inocular con terceras dosis de AstraZeneca: en el estudio, la única combinación que no generó más linfocitos T en voluntarios fue la aplicación de AstraZeneca como refuerzo luego de dos primeras dosis también de AstraZeneca. El equipo de la Universidad de Oxford dice que recopilará información luego de tres meses y un año para conocer qué impacto tendrá que ese grupo que no hayan generado más linfocitos T.

Tal y como dice el resultado de la investigación: «el papel relativo de la inmunidad de las células T o de la memoria inmunitaria no está claro, pero probablemente sea de gran importancia».

Un refuerzo siempre es buena idea

Con esos resultado, claro que los refuerzos con dosis con RNA mensajero parecen una buena idea, pero «si tu país o región del mundo solo dispone de una de las vacunas que hemos demostrado que pueden reforzar, no habrá problema en usarla como refuerzo y será seguro hacerlo» le dijo el especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Southampton, Saul Faston, a The New York Times. Conseguir más anticuerpos con una tercera dosis, incluso si no son generados más linfocitos T, es mejor que no conseguir nada.

Otros países que como México están aplicando terceras dosis de AstraZeneca son Reino Unido y Australia, aunque solo lo hacen en casos en que no haya disponibles vacunas de RNA mensajero.