- Conforme nos adentramos al otoño y aproximamos al invierno, las aguas del Pacífico ecuatorial se enfrían rápidamente, el hielo en el Polo Norte y el aire frío se extiende. ¿Qué nos puede esperar en próximas semanas?
Fuente: meteored | José Martín Cortés
En el informe emitido por el Centro de Predicciones Climáticas (CPC por sus siglas en inglés) el jueves 11 de noviembre se comunicó que el fenómeno de La Niña se fortaleció, observándose anomalía de -0.7 a -1°C en la temperatura superficial del mar del Pacífico ecuatorial, acoplándose con el comportamiento de los vientos troposféricos. Por debajo de la superficie, el agua está mucho más fría hasta de 5°C por debajo de lo normal, apoyando la predicción de su duración e intensidad para este invierno/primavera 2021-2022.
Los promedios de los pronósticos dinámico-estadísticos indican probabilidad prácticamente del 100% para que esta fase fría persista hasta febrero, tendiendo a debilitarse en el transcurso de la primavera de 2022 (marzo-mayo). Con base a la tendencia de enfriamiento y las temperaturas sub-superficiales del mar, la intensidad prevista en promedio sería moderada, pero aumenta probabilidad para alcanzar una fuerte con anomalía inferior a -1.5°C.
Efectos de La Niña sobre la República Mexicana
Recordando que esta fase fría del El Niño – Oscilación del Sur (ENSO) se genera cuando las anomalías térmicas del Pacífico ecuatorial están por debajo de -0.5°C, condición que se ha cumplido desde finales de septiembre. En las últimas semanas, sus efectos hemos comenzando a sentirlos, pasando de noches y amaneceres fríos con heladas a tardes soleadas y algo calurosas, dominando ambiente seco, mientras en el sureste las lluvias persisten.
La Niña está ganando fuerza y nos puede generar en México periodos de calor y frío, así como sequía en varios estados. Debemos estar preparados.
Aunque cada evento de El Niño o La Niña son únicos, se observan patrones mayormente repetitivos durante el invierno (dic-feb) en que las condiciones secas se extienden, pudiendo iniciar sequía en el norte y occidente, mientras en sectores del oriente y sureste, la humedad del Golfo por los Nortes genera más lluvias. Por su parte, entre Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Veracruz y en la Sierra Madre Oriental experimentan incursiones de aire ártico con NORTES severos, nevadas y heladas significativas, intercalados con calor; eventualmente esto alcanza hasta el Altiplano desde Chihuahua hasta el Valle de México CDMX.
El hielo marino Ártico se incrementa
Es importante siempre tener presente que nuestro planeta tiene ciclos, los cuales sí, se han modificado por diversos factores como nosotros los humanos. Estos ciclos permiten que el calor aumente y, eventualmente, la temperatura global disminuya cuando el hielo, la nieve y el frío pueden volver a ganar territorio; y así lo hemos experimentando en años recientes, gracias también al fenómeno climático conocido como La Niña.
Desde julio, el ritmo de deshielo en el Océano Ártico disminuyó gracias sistemas de baja presión dominantes, generando extensa cobertura nubosa, temperaturas en torno a 0°C y eventuales nevadas, ocasionando que el hielo se derritiera poco en comparación con años anteriores, momento en que el promedio de su extensión estuvo mayor al promedio de la década del 2010.
Hasta el 12 de noviembre, el hielo cubría una extensión cercana a 10 millones de km2, resaltando el mar de Bering-Chuckchi donde hay cobertura ligeramente mayor de lo normal. En contraste, los mares de Canadá, Groenlandia y Barents-Kara al norte de Europa, se observa menor cantidad. No obstante, hasta esta fecha hay más hielo en el Ártico que la que había en 2009 a 2012 y de 2016 a 2020. ¡El clima es cíclico, nunca lineal!