Fuente: France 24
Así lo señaló el secretario general de la alianza militar, Jens Stoltenberg, durante la rueda de prensa en la que presentó las conclusiones de la reunión de del organismo. Los líderes de los 30 países miembro discutieron este lunes 14 de junio en Bruselas y acordaron que el crecimiento militar y tecnológico de China es un “desafío sistémico”. También hablaron sobre el retiro de las tropas de Afganistán, la ciberseguridad y la amenaza que, según ellos, representa Rusia.
El discurso de Estados Unidos imperó en la cumbre de la OTAN. El presidente Joe Biden le había pedido a los países occidentales que le hicieran frente al autoritarismo y al creciente poder militar de China. El G7 no se alineó del todo con la idea y solo se refirió al país asiático para pedirle que respetara los derechos humanos, especialmente en los territorios autónomos de Xinjiang y Hong Kong.
Pero la OTAN sí tomó una postura más crítica con un lenguaje más fuerte. “Las ambiciones declaradas y el comportamiento asertivo de China presentan desafíos sistémicos para el orden internacional basado en reglas y para las áreas relevantes para la seguridad de la alianza”, dijeron los líderes de los países de la alianza militar del Atlántico en un comunicado.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, expresó que la creciente presencia militar de China desde los países bálticos hasta África significaba que la OTAN tenía que estar preparada. “China se está acercando a nosotros. Los vemos en el ciberespacio, vemos a China en África, pero también vemos a China invirtiendo fuertemente en nuestra propia infraestructura crítica”, indicó en referencia a los puertos y las redes de telecomunicaciones instaladas por compañías chinas, especialmente en cuanto a la red de internet 5G.
La OTAN también mostró preocupación por el crecimiento del arsenal nuclear de China, concretamente de sus cabezas nucleares y de sus sistemas de entregas sofisticados.
Stoltenberg resaltó que esto es un cambio importante en el lenguaje de la OTAN pues solo hace 18 meses fue la primera vez que el organismo se refirió a China en sus comunicados, cuando lo hizo en la cumbre de Londres.
Por eso, cuando los periodistas le preguntaron directamente qué tenía que ocurrir para que la OTAN pasara de considerar a China como un «desafío sistémico» a una amenaza, Stoltenberg respondió enfatizando en el cambio de lenguaje.
«Lo que importa es que tenemos una posición clara de los 30 aliados sobre China. Esto es un largo camino recorrido para la OTAN, porque hace 18 meses no había ni siquiera una referencia (hacia el país asiático)», indicó.
A pesar de esto, los aliados de la OTAN tienen un fuerte vínculo económico con China. El gigante asiático, por ejemplo, es el principal socio comercial de bienes de Alemania, pues en 2020 el comercio entre ambas naciones superó los 212.000 millones de euros (256.820 millones de dólares), según datos del gobierno alemán.
Estados Unidos no es la excepción. Las tenencias totales chinas de bonos del Tesoro de EE. UU. superaban los 1,1 billones de dólares a marzo de 2021, mientras que el comercio total del país norteamericano con China el año pasado fue de 559.000 millones de dólares.
Incluso el mismo secretario general de la OTAN reconoció que China será «muy pronto la economía más grande del mundo» y que actualmente tiene el segundo presupuesto más grande de seguridad, la armada más numerosa y están invirtiendo en tecnologías disruptivas como inteligencia autónoma o reconocimiento facial.
Con este contexto, el primer ministro británico, Boris Johnson, se alejó un poco del comunicado conjunto e intentó menguar el lenguaje. El mandatario precisó que la OTAN no ve a China como un adversario de la misma manera que la organización militar ve a Rusia, pero que deben aceptar la creciente influencia del gigante asiático.
Johnson le dijo a los periodistas en Bruselas que China es «un hecho gigantesco en nuestras vidas y una nueva consideración estratégica para la OTAN», pero que no cree que «nadie en la mesa quiera desencadenar una nueva Guerra Fría con China».
La OTAN le advierte a Rusia que debe respetar las normas
En efecto, la OTAN se refiere directamente a Rusia como una “amenaza”, mientras que respecto a China habla de un “desafío sistémico”. “Las acciones agresivas de Rusia constituyen una amenaza para la seguridad euroatlántica; El terrorismo en todas sus formas y manifestaciones sigue siendo una amenaza persistente para todos nosotros”, dice el comunicado.
La OTAN le advirtió al Kremlin que si no respeta las normas internacionales, no habrá una mejoría en la relación diplomática con los países de la alianza militar. Esto se refiere, en parte, a la avanzada militar que Rusia ha hecho en las fronteras con Georgia y Ucrania.
Al respecto, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski enfatizó en que quiere más claridad sobre las relaciones entre Rusia y Estados Unidos. Esto ocurre antes de que Biden y el presidente ruso Vladimir Putin se reunan el próximo 16 de junio en Ginebra.
“Carecemos de detalles sobre la posición de Occidente sobre Rusia, sobre las relaciones entre Rusia y Estados Unidos, en la cumbre”, indicó el mandatario de Ucrania antes de que concluyera la reunión de la OTAN.
Posteriormente, Stoltenberg enfatizó que la OTAN está «en solidaridad con Georgia y Ucrania» y que seguirá respaldándolos a pesar de que ninguno de los dos países hace parte de la alianza militar del Atlántico.
Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, precisó que la estrategia de la OTAN frente a Rusia “involucra exigir diálogo y un gran marco de arbitraje, particularmente en el tema de control armamentístico”. El mandatario agregó que como Rusia se ha retirado de varios tratados de control armamentístico, esto ha tenido un impacto negativo en territorio europeo y que por eso deben relanzar la dinámica del diálogo.
Con información de AP y Reuters