Alberto Calderón P.

Al ver el monumento majestuoso que se yergue entre los grandes árboles en medio del amplio jardín en la ciudad de Xalapa, del ilustre Francisco Javier Clavijero, pensé en todo lo que son capaces de hacer tanto hombres como mujeres, como se fueron forjando sus vocaciones y compromisos a lo largo de su vida, la época en la que vivieron, sus vicisitudes, esos altibajos que nos pone la existencia como pruebas para ser superadas por esa fuerza, compromiso y entrega en beneficio de la sociedad.

Al partir queda su obra, atesorada como legado a las nuevas generaciones, muchos como héroes anónimos, otros cuentan con emblemáticas estatuas o monumentos convertidos en adornos de parques y jardines, donde la gente los ve con indiferencia, poco se resaltan sus obras, los gobiernos solo se acuerdan de ellos en su onomásticos u obituarios, ojalá cuando pasemos frente a una estatua nos detengamos a leer su placa para saber quienes fueron, admirar la obra escultórica, sería un ejercicio de aprendizaje para los niños y jóvenes. Mientras vemos la forma de hacer esa actividad, mencionaré algunas por su tamaño, la más alta está en la india dedicada al político Sardar Vallabhbhai Patel, uno de los fundadores de la India moderna llamada “La estatua de la unidad”.

Partiendo de su base tiene una altura de 240 metros, se ve impresionante, hecha de acero hierro y revestida de bronce. La segunda más alta que se conoce se ubica en China, dedicada a Buda en el “Templo de la Primavera” con 128 metros de altura, la tercera y más conocida en el mundo occidental es la que se instaló en los Estados Unidos la Estatua de la Libertad, símbolo emblemático de Nueva York, fue un obsequio del pueblo francés al estadounidense en 1886 para conmemorar el centenario de la declaración de la independencia del vecino país, declarada monumento nacional y por la UNESCO como patrimonio de la humanidad. La cuarta se encuentra en Volgogrado, Rusia inaugurada en octubre de 1967 con una altura de 85 metros, conmemora la batalla de Stalingrado durante la Segunda Guerra Mundial, durante algunos años ostentó el récord de la más alta del mundo, su figura es una alegoría de la patria, se interpreta como la victoria.

El cristo redentor también se ve enorme, representa a Jesús de Nazaret, se ubica en la cima del cerro de Corcovado en Río de Janeiro, Brasil a 710 metros sobre el nivel del mar, tiene una altura de 38.1 metros contando desde su pedestal, de estilo Art Deco, es reconocida como una de las nuevas siete maravillas del mundo moderno entre las que se encuentra Chichén Itzá.

La estatua más alta en nuestro país se ubica en Janitzio, Michoacán con la figura de José María Morelos y Pavón, propuesta por Lázaro Cárdenas cuando era gobernador del estado y tiene una altura de 40 metros vista desde la base, se percibe impresionante.

Como vemos unas fueron hechas a personajes destacados civiles o religiosos, otras a símbolos abstractos como la libertad o la victoria, sin embargo, todas ellas monumentales, emblemáticas, sin duda nos despiertan la curiosidad y sobre todo las ganas de conocerlas. Saludos

Xalapa2000@hotmail.com
Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores (REVECO)