La fiesta, un lugar de encuentro desde épocas remotas por la necesidad natural de convivencia, espacio donde se comparten todos los sentidos y se establecen distintas formas de relación, es una irrupción en la vida cotidiana donde se crea un espacio social temporal y lúdico motivando a la participación colectiva. En este ambiente, se baila, se ríe, se come y se platica de todo un poco, se juega, y sobre todo, se celebra lo particular y lo colectivo, fortaleciendo la identidad. En este contexto se festejan la vida en sus diferentes aristas, eventos cívicos y religiosos o simplemente por motivos recreativos para escapar de lo cotidiano.

Los mexicanos somos fiesteros, nos gusta celebrar la mayoría de los acontecimientos, que a nuestro criterio, lo ameriten, lo hacemos tanto en lo personal como en lo colectivo; en México se celebran cada año cerca de 5000 fiestas en todo el territorio nacional, de carácter cívico, religioso y tradicional, carnavales y ferias producto del sincretismo por la conquista española, en ellas se plasma el sentimiento y la sensibilidad del mexicano, y el valor social que cada región le otorga como sostén de la estructura social.
Las fiestas tradicionales se rigen por el calendario religioso, son producto de la mezcla de la cosmogonía indígena con la creencia católica, los habitantes originarios fueron adaptando su interpretación a la herencia milenaria para no perder la esencia de sus raíces. Algunas ferias también son por motivos religiosos, aquí podemos ver la influencia del antiguo tianguis convertido en venta de artesanías y comida actualmente. Suelen componerse de procesiones, danzas con representaciones místicas, velas, ofrendas florales, pirotecnia, misas y paseos del santo celebrado.

También existen las ferias con un sentido comercial y cultural, donde el espectáculo es diferente y variado, las más populares son las ganaderas, industriales, artesanales, florales, gastronómicas y literarias. Por lo general se acompañan de bailes, corridas de toros, carreras de caballos, peleas de gallos, actuaciones de cantantes y actores, conferencias y exhibiciones de obra de arte y literaria.

Los carnavales es otro festejo muy socorrido por la población del país, siempre anteceden al periodo de la cuaresma, es un festival que se remonta a una celebración de origen pagano en Roma e introducida por los españoles al continente americano en el siglo XV; se caracterizan por desbordar algarabía durante varios días con la presentación de comparsas, disfraces, confeti, desfiles de carros alegóricos con diversos temas, reyes o representantes del lugar donde se desarrollan, actividades lúdicas, música, verbenas populares y fuegos pirotécnicos. Los más importantes son el Carnaval de Veracruz, de Mazatlán, de Mérida y el de Campeche que es el más antiguo ya que se organiza desde 1582.

Las fiestas cívicas se celebran en todo el país para conmemorar hechos importantes en nuestra historia nacional bajo un protocolo ya establecido por el gobierno de México, su lugar en el calendario es fijo pero debido a políticas implantadas recientemente algunas se desarrollan días antes o posteriores al que les corresponde.

Los rituales en nuestro país son otra actividad que celebra a la vida y a la muerte, son la esencia de la cosmogonía ancestral mezclada con la influencia española, son tan significativos que algunos han sido nombrados por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, entre ellos tenemos la Danza de los Voladores del Totonacapan, las fiestas indígenas dedicadas a los muertos, la Fiesta de Todos los Santos, la adoración a la Santa Cruz de la Peña de Bernal, los Parachicos de la Fiesta Grande de Chiapa de Corzo.