Con su andar sencillo y su cercanía con el pueblo, el legislador reescribió los manuales de la política y se convirtió, sin planearlo, en modelo a seguir para los nuevos tiempos.

Muchos políticos hoy se apuntan para ocupar JUCOPO, pero la tierra es de quién la trabaja…

Viridiana Reyes

En los últimos dos años y 6 meses, tras el cambio del mapa político de la nación en 2018, y particularmente de estados dominados por la vieja guardia de la política, ha sido muy común escuchar o leer que los tiempos han cambiado y ya no se hace política de la misma manera.

Sin embargo pocos son los que realmente lo han entendido, ya que el empuje de López Obrador fue la fuerza de arrastre que colocó a varios personajes en alcaldías, diputaciones, gobiernos estatales y hasta en dependencias gubernamentales, hoy el efecto MORENA para sorpresa de muchos continúa vigente.
Juan Javier Gómez Cazarín no fue de los que esperó la inercia del lopezobradorismo, y eso se nota en el trabajo que ha venido desempeñando desde que ganó, sobre todo porque no lo dice él, lo dice el vaso de agua, el plato de comida, el cálido recibimiento y la foto con la gente que está conociendo a un político distinto, uno que ante todo es servidor por vocación, porque sabe lo que estar del lado de los que piden y quieren resultados.

Un político distinto.
Aún hay quienes piensan que la política debe ser fría, que los representantes del pueblo están hasta arriba y fuera de nuestro alcance, y sí, por muchos años así se manejó, pero hoy vemos una generación de hombres y mujeres pisando lugares que ningún político o funcionario pisó, o volviendo al lugar donde le dieron la confianza y el voto; haciendo política de a pie y con el corazón.

Gómez Cazarín sabe que se expone a estar entre los criticados, pero no por faltar a su función, sino por estar tan cercano a la gente, tratando siempre con voluntad, hacer lo mejor; de escuchar de viva voz las necesidades del pueblo. Sin confusión ni fuera de contexto, ese andar es mera entrega al servicio público, pues como el mismo lo dice, no se necesitan tiempos electorales para convivir y escuchar a la gente, y no sólo de su distrito sino del estado, aún cuando no era su obligación.

Vieron ustedes a otro político realizar campaña en todo el estado? NO.
Tenía Cazarín necesidad de hacerlo, tampoco, porque llevaba una posición privilegiada dentro de las diputaciones plurinominales, sin embargo caminó, pidió el voto 3D3 como si de su campaña se tratara.

Para quien deja la vida cotidiana al lado de la familia y los amigos, y prefiere asumir el reto de representar a un pueblo, no hay sacrificio, sino satisfacción cuando al someterse al escrutinio de la gente, forma su propio liderazgo social. A Juan Javier Gómez Cazarín no lo define una nota periodística, ni una foto ni una entrevista, a él lo define la opinión de la gente que ya lo conoce y respeta su trabajo, precisamente ese trabajo lo respalda, y a diferencia del 2018 cuando muchos e incluso él mismo reconoció su llegada al congreso gracias al efecto AMLO, hoy en 2021 el legislador se ha ganado a pulso el lugar que tiene como hombre de estado, uno de los más cercanos al gobernador Cuitláhuac García, sino es que el más cercano.
A diferencia de quienes hacen política de escritorio, operando con la política impositiva y frívola, Cazarín a preferido la política a ras de suelo.

El pasado domingo 6 de junio,su trabajo quedó demostrado, si bien aún el efecto Andrés Manuel existe, y Morena se ha posicionado como partido que llegó para quedarse, también es real que el trabajo de campo que implementó el diputado abonó al triunfo en diferentes zonas del estado.

A diferencia de otros políticos que regresaron a su distrito sólo en campaña y que ganaron por la fuerza de la ola guinda, él no fue simplemente a tomarse la foto, por el contrario, llegó a caminar senderos ya recorridos y recibió a cambio el respaldo de la gente, porque lo que se siembra se cosecha.

Reescribiendo los manuales de política.

Funcionarios así ya son difíciles de encontrar, los que reporteamos diariamente y por años hemos cubierto recorridos políticos, sabemos cuándo hay un garbanzo de a libra. Juan Javier es uno de esos, escaso pero legítimo.

Tal como la sociedad hoy lo reconoce, nos toca valorar que este Distrito hoy cuenta con uno de los mejores legisladores que haya tenido en su historia, cercano, ejemplar y bien plantado en el suelo que pisa, la tierra que lo ha visto nacer y crecer como persona, dispuesto a no pasar de noche, sino a dejar huella.

Con su andar sencillo y su cercanía al pueblo, el legislador reescribe los manuales de la política y se convierte, sin planearlo, en modelo a seguir para los nuevos tiempos.

La tierra es de quien la trabaja.

Hoy ya varios diputados electos se apuntan para presidir la JUCOPO, pero solo quien trabaja tiene derecho a recibir.
Cazarín tiene más que derecho porque su trabajo a ras de suelo lo avala, y eso no se discute.

Incluso si en algún momento dudé que morena arrasara, hoy debo reconocer que el trabajo de hombres como él son los que afianzan la confianza de la gente que emitió su voto.

Y como lo dije por primera vez en septiembre del 2018, Cazarín será nuevamente Presidente de la JUCOPO.
Sino fuera así por causas de fuerza mayor, el que llegue tendrá un lugar muy grande que llenar.