Alberto Calderón P.

El senado de la república legalizó el uso lúdico de la marihuana y con ello disminuyó la criminalización de pequeñas dosis, lo que le abrirá las puertas a por lo menos 12 mil personas confinadas en las cárceles acusadas de posesión del enervante. Actualmente se encuentran recluidas ocho mil personas que fueron criminalizadas por posesión de uno a treinta gramos, mil seiscientas por haberles encontrado entre 31 a 50 gramos, mil quinientos setenta y cinco por cincuenta y cinco a cien gramos, así por lo consiguiente para llegar a los más de doce mil recluidos que se verán beneficiados con las modificaciones a la ley.

Por una mayoría abrumadora fue aprobada para su uso personal permitiendo la posesión de un máximo de 6 plantas. Dentro de las medidas permitidas también se da la autorización a formar clubes que se registren legalmente, que por lo menos se encuentren a 500 metros de parques y escuelas en donde haya menores de edad, al igual que el tabaco queda prohibido consumirlo en lugares públicos como oficinas, escuelas, establecimientos comerciales. Los consumidores podrán portar hasta 28 gramos, quien se sorprenda en posesión de hasta 200 gramos se hará acreedor a una sanción de once mil pesos, si rebasa dicha cantidad le espera una celda en la que podrá permanecer obligatoriamente hasta 10 años.

La modificación a la legislación en la materia lleva la legalización del uso recreativo, industrial, científico y eliminó al cáñamo del listado de sustancias psicotrópicas, la Secretaría de Salud contará con el Instituto Mexicano para la Regulación y Control del cannabis.

Si pensamos que la marihuana es un producto relativamente moderno estaríamos equivocados, la investigación antropológica la ubica 3500 años antes de cristo en lo que hoy es China, a finales del neolítico ya se utilizaba en ceremonias chamánicas en aquellas regiones, su recorrido partió hacia la India y el sudeste asiático, paso a África, subió a Europa y de ahí llegó a América por medio de los españoles en la época de la conquista.

En el siglo I en el Peng Ching ya se habla del legado de miles de años acerca de su uso y sus propiedades psicoactivas, era una planta muy apreciada por los comerciantes que llegaban a mercar a estas tierras para llevarlas a otros confines, precisamente la famosa “ruta de la seda”, un tercio de las mercancías que se sacaba de estas regiones lo constituía ese cáñamo muy apreciado en otras latitudes, con el tiempo la India reclamó su patria potestad y su uso muy difundido. En el antiguo texto Arthavaveda se describe como una planta que libera la ansiedad, compañera inseparable de los dioses como Shiva e Indra. A partir del siglo XVI era común su uso medicinal y lúdico en Tailandia, Camboya, Vietnam, ahí surgieron algunas de las recetas culinarias, en Egipto y la Grecia clásica se utilizó como uso médico y ritual, fue en las riveras del Mar Muerto donde Pedanio Discórides un médico, farmacólogo y botánico de la antigua Grecia clasificó a la planta con su nombre actual y propuso sus propiedades terapéuticas. El griego Galeno de Pérgamo fue quien hizo eco en las propiedades de la especie, de ahí pasó a formar parte de los valores culinarios de los romanos.

Durante la edad media en Europa se utilizó principalmente en la obtención de fibras como única aplicación, su capacidad y resistencia la hicieron muy útil para las embarcaciones marítimas, mientras que en Asia y África seguían dándose variados usos, en el siglo XIX se introdujo definitivamente en la medicina surgiendo publicaciones sobre sus beneficios.

Xalapa2000@hotmail.com
Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores (REVECO).