Alberto Calderón P.

A lo largo y ancho de esta esfera planetaria que gira incansable, las diversas culturas en el discurrir del tiempo intentaron darle una explicación al origen de nuestro mundo, historias que tenían que ver con leyendas orales, espíritus que salían de diversos sitios, animales mitológicos o imaginarios como grandes vacas o serpientes emplumadas, dioses de las más variadas formas haciendo nuestra casa de un soplo, en días o por una magia sorprendente. 

Fue Tales en Mileto quien cuatro siglos antes de la era cristiana, en la cuna de la civilización griega, crea una escuela del pensamiento y junto con su discípulo Anaximandro, analiza el origen de la tierra desde una perspectiva distinta, buscando respuestas a las interrogantes existenciales en la naturaleza, en nuestro propio entorno, esta forma de percepción y conocimiento de las cosas, abre a la luz el origen del pensamiento científico. Utilizan para ello la observación y análisis a partir de un pensamiento crítico, desechando respuestas fantásticas para lo desconocido, viendo todo con una mirada que hasta ese momento pasaba inadvertida para la mayoría.

Mileto ubicada en lo que hoy son los territorios de Turquía, fue cuna de grandes pensadores, gracias a que fue enriquecida por la civilización griega, de los imperios de Mesopotamia y Egipto, no fue una metrópoli de grandes construcciones, los historiadores mencionan un sitio de mucha comunicación humana, donde se crea el primer parlamento. Ahí el debate abierto abre la posibilidad de una nueva forma de entendimiento, se pone en duda que sean únicamente los dioses quien le den claridad a las cosas animadas e inanimadas, de esas tierras surgió Hecateo quien abona a esta nueva forma filosófica de entender el mundo, separa lo mitológico de la historia, avanza el conocimiento en una dirección como lo conocemos hasta nuestros días, dentro de estos avances se encuentra un destacado discípulo de Tales, de nombre Anaximandro quien hace una declaración sorprendente al decir que la tierra flota en el cielo y que este también pasa por debajo de la tierra como lo menciona Carlo Robelli en su libro “La realidad no es lo que parece”, otra de sus sorprendentes aseveraciones para la época, fue que la lluvia que caía sobre los campos era producto de la evaporación del agua terrestre, hoy nos parecería que lo expuesto es de una obviedad intrascendente, pero en la evolución de como percibimos la realidad, fue un avance sorprendente, el análisis de la observación lo lleva a varias deducciones que como lo mencioné son el patrón que seguimos para entender lo que está cerca y lejano a nosotros, Anaximandro abundó con otras deducciones como la teoría de la evolución,  a la que se adaptan tanto las plantas como los animales.

Durante mucho tiempo no le dimos importancia a nuestra casa, la habitamos y como hijos desordenados tiramos por doquier desechos que contaminan, utilizamos energías fósiles que dañan el ambiente, provocando el aumento de la temperatura del planeta, sus consecuencias las vemos en el deshielo paulatino de los polos, el cambio climático que provoca inundaciones, sequías y zonas desérticas, por fortuna muchos gobiernos están contribuyendo para aminorar los efectos, reorientando a la sociedad al implementar políticas públicas en favor de la limpieza del planeta, ojalá todos nos unamos en una cruzada mundial en favor de energías limpias, sustentables, y nosotros contribuyamos con lo que nos toca, ahorrando agua, energía, reciclando, usando menos detergentes, aprovechando la energía solar, no tirando basura en las calles. ¿Usted que opina?

Xalapa2000@hotmail.com

Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores (REVECO)