Fuente: National Geographic en Español

La ciencia ha intentado explicar sin éxito por qué está temblando tanto en el mundo sin poder encontrar una razón. Esto es lo que sabemos, hasta el momento.
En tiempos como estos, al mirar el torrente de información que inunda los medios, las redes sociales y las conversaciones cotidianas, la pregunta viene natural: ¿por qué está temblando tanto? Más aún con las imágenes que llegan de la catástrofe natural al sureste de Turquía, que tuvo repercusiones severas en 10 ciudades del país y al norte de Siria.

Hasta ahora, han habido más de 12 mil víctimas mortales tras los dos sismos en Turquía. El primero, en la madrugada del lunes 6 de febrero de 2023. Un par de horas más tarde, un segundo movimiento telúrico —completamente independiente— sacudió Oriente Próximo. Ahora, un temblor azotó Indonesia con una magnitud de 5.5 grados. Entonces, ¿por qué está está temblando tanto en el mundo?

Las imágenes son devastadoras. Casas, edificios, hospitales enteros en ruinas, que se extienden a lo largo de avenidas atestadas de gente perpleja. En gran medida, la catástrofe se debe a la actividad sísmica que provoca la Placa de Anatolia, que se extiende a lo largo de gran parte de Oriente Próximo.

Esta placa tectónica nació de la placa africana que, hace 23 millones de años, se fracturó. Desde entonces, la fricción entre ambas genera movimientos telúricos poderosos en esta región del planeta. Con respecto a por qué fue tan destructivo el terremoto de Turquía, el periodista de ciencia Ben Turner explica lo siguiente:

La respuesta, en parte, radica en la tectónica de placas complejas, el suelo blando y la construcción desigual de edificios a prueba de terremotos», escribe el autor para Live Science.

Ahora, la Placa Árabe no es la causante del sismo en Indonesia, ni de los que ocurren en otras partes del mundo. Sin embargo, la misma dinámica sísmica se presenta en todas las placas tectónicas, que se acomodan conforme pasa el tiempo. Sobre la superficie, estos movimientos subterráneos pueden ser catastróficos para la infraestructura. En especial, como en Turquía, si no se construye pensando en la actividad sísmica.

Mitos como la aparición del pez remo afloran en los países que padecen de altísima actividad sísmica, como Japón. Sin embargo, estas teorías se han relegado al terreno del pensamiento mágico: en realidad no existe una relación causal entre la aparición de estos animales con los temblores.

A fin de cuentas, los seres humanos tenemos una larga historia de darle explicaciones míticas a los fenómenos que nos abruman, que no entendemos y que necesitamos entender. Más aún cuando tenemos que lidiar con el dolor de la pérdida: la calamidad nos rebasa.