- Consumir esta fruta diariamente puede ayudar a prevenir los signos del envejecimiento, a mejorar el proceso digestivo y a fortalecer el sistema inmunológico.
La mandarina es una fruta cítrica muy común que destaca en el portafolio de alternativas que pueden aportar al buen funcionamiento del organismo y que incluso pueden ayudar a la prevención de algunas enfermedades.
Consumir esta fruta diariamente puede ayudar a prevenir los signos del envejecimiento, a mejorar el proceso digestivo, a fortalecer el sistema inmunológico y a absorber el hierro que requiere el cuerpo para su adecuado funcionamiento.
Se trata de una fruta rica en vitaminas A y C; ambas estimulan la producción de colágeno, proteína responsable de la firmeza y elasticidad de los tejidos que forman el organismo, como la piel. Según el portal Mejor con Salud, la cantidad de vitamina C en una mandarina es de 35 miligramos por cada 100 gramos de la fruta.
Esta vitamina es un antioxidante poderoso ya que es capaz de neutralizar radicales libres que pueden dañar y envejecer el cuerpo. De igual forma, esta vitamina es beneficiosa para ciertas inflamaciones crónicas, para enfermedades de carácter infeccioso e incluso para el cáncer, pues estos padecimientos generan una disminución de la vitamina C en el plasma, de manera que el consumo de esta fruta puede ayudar a suplir esa carencia.
Posee calcio, fósforo y magnesio que ayudan a fortalecer los huesos. Esto ayuda a prevenir enfermedades como la osteoporosis. “Una taza de gajos de mandarina aporta entre un 2 % y un 4 % de la ingesta diaria recomendada de estos tres minerales”, indica el mencionado sitio web.
Otras de las propiedades con las que cuenta esta fruta es que es diurética, por lo que ayuda a reducir el ácido en el organismo. “Su alto contenido en agua, potasio y ácido cítrico tiene un efecto diurético, facilitando la eliminación del ácido úrico y las sales. También permite alcalinizar la orina y contribuir al buen estado de la vías urinarias”.
Por otro lado, la pectina que tienen estas frutas reduce de manera importante el colesterol perjudicial (LDL), disminuyendo al tiempo el riesgo de padecer problemas cardiovasculares y promoviendo el colesterol bueno.
Control del peso
La mandarina ayuda en el control del peso corporal. En 100 gramos de mandarina se pueden encontrar alrededor de 53 calorías, 0,3 gramos de grasa, casi dos gramos de fibra, 27 miligramos de vitamina C y 37 miligramos de calcio. Estas propiedades hacen que esta sea una fruta muy habitual en las dietas para adelgazar.
La fibra presente en la fruta ayuda en la pérdida de peso, pues mejora la saciedad del cuerpo y ayuda a equilibrar el nivel de azúcar en la sangre. Sus vitaminas reducen la producción de cortisol, la hormona del estrés, que puede influir en el almacenamiento de grasas. Y, finalmente, por ser un alimento con bajo contenido en grasas y calorías y altos niveles vitamínicos, la mandarina se convierte en un aliada perfecta para dietas balanceadas y saludables.
Su contenido de fibra también ayuda a combatir algunos problemas como el estreñimiento y a estimular la movilidad intestinal. Esto hace que se disminuya el tiempo de contacto entre la pared del aparato digestivo y posibles sustancias nocivas, ayudando a la absorción de grasa y contribuyendo al control de los niveles de azúcar en sangre.
Con respecto a su cáscara, según un estudio publicado en la revista Science Daily, reduce el riesgo de padecer diabetes tipo 2, asteroclerosis y enfermedades cardíacas ya que la piel de la mandarina contiene nobiletina, un flavonoide bueno para la salud.
Además, la cáscara, al igual que la pulpa, ayuda a prevenir daños celulares que provocan enfermedades infecciosas y el cáncer, según lo indica un estudio realizado por los científicos de la Escuela de Farmacia de Leicester y citado por La Revista, suplemento dominical del diario El Universo.
La cáscara también hace un aporte a la salud digestiva gracias a su riqueza en potasio y ácido cítrico, que aumenta la absorción de nutrientes y contribuye a la descomposición de los alimentos. Se trata de una fruta que se puede consumir pelada, en jugo, en infusiones o como la prefiera el consumidor.