Alberto Calderón P.
Como muchas de las actividades que evolucionaron con el tiempo su origen fue China, una cultura milenaria cuyas aportaciones ancestrales han contribuido al desarrollo, cultura y entretenimiento en el mundo, un ejemplo de ello es el futbol.
Cuando hubieran imaginado a esos antepasados nuestros de la lejana Asia, que producto de su imaginación organizaron un entretenimiento llamado “cuju” que significaría “cu” chutar, pegar con el pie y “ju” un tipo especial de balón, al paso del tiempo lo convirtieron en entrenamiento para sus soldados y pasó a otras culturas donde evolucionó, siendo hoy uno de los deportes más populares del planeta. Pero volviendo a sus orígenes les diré que se reunían en grandes grupos creando dos bandos, su objetivo era patear un objeto flexible de forma esférica, ese primitivo balón lo hacían de cuero, relleno de plumas y pelo, me lo imagino practicarlo en enormes estepas verdes en sus inicios, ahí enterraban dos varas altas de bambús con una separación de unos cincuenta centímetros entre ellas y en lo alto a unos 10 metros, colocaban una red colorida, en su centro un hueco de aproximadamente unos 30 centímetros de diámetro al que llamaban “el ojo elegante”, donde debía entrar el balón utilizando únicamente los pies para atinarle a la horadación, así lo menciona el antiguo libro de la dinastía Song llamado “Las reglas ilustradas del cuju”.
El espectáculo se volvió popular en el enorme territorio asiático que tenía un poco de deporte, otro tanto de entretenimiento y una pizca de placer, quedó registrado en el libro escrito en el año 1120 Los esplendores de la capital oriental, refiriéndose a la provincia China de Kaifeng, de las llanuras a los palacios pasó el popular juego, en las celebraciones de cumpleaños u otro acontecimiento importante, el cuju formaba parte del evento, por cierto, tenía algunas variantes dependiendo del sitio donde se practicara, en la actual (Xi´an) la práctica era un poco más cercana al entretenimiento artístico, al ejecutarlo las mujeres eran acompañadas con música, otra de las variantes del cuju era instalar porterías para meter el máximo número de goles para ganar, en esta forma estaba permitido empujarse o incluso golpearse, al permanente contacto entre los dos grupos rivales, generaba fricción al tratar de ganar el balón a su oponente, como se imaginarán esa diversión se tornaba violenta. Una más de las variantes del juego consistía en mantener la bola el mayor tiempo posible en el aire. El investigador alemán Hans Ulrich Vogel encontró los manuales de los clubes, que ya más organizados demostraría que tenían una especie de directores técnicos, entrenadores y capitanes, fue tan popular que los hijos de las familias ricas lo jugaban y para tener mayores ventajas contrataban a jugadores más diestros. El capitán de cada equipo se diferenciaba de los demás jugadores por la decoración de su sombrero de diferente adorno que los de los otros jugadores, esto indica que no utilizaban la cabeza para ayudarse. Otra variante era que un equipo jugaba la pelota de un lado al otro para finalmente pasarla al “convertidor de goles” quien tiraba a la red para que pasara la horadación, si lo conseguía se reconocía con redobles de tambores, banderines y vino, al terminar la jugada le tocaba al otro equipo hacer lo mismo, esta variante preservaba el espíritu sano y de respeto de la confrontación, y sus 10 fundamentos. Desde esos tiempos se consideraba a este juego como un promotor de la felicidad.
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Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores (REVECO).