María del Carmen Delfín Delgado

La necesidad de vestirse en el ser humano lo ha acompañado desde su existencia, en un principio para protegerse de las inclemencias de clima y posteriormente por pudor, cumpliendo variadas funciones y pasando por diferentes etapas a lo largo de los siglos. A diferencia de los animales, no contamos con pelambre, plumaje o escamas que protejan nuestro cuerpo, he aquí el motivo por el cual la especie tuvo que resolver esta necesidad.
Tuvo que desarrollar técnicas para crear tejidos basados en la naturaleza como raíces, de pieles animales y hasta de metales. Lo que en un principio fue una necesidad se transformó en parámetro social, en una forma de medir el estatus, clasificar las funciones de ciertos individuos, de demostrar poder y vanidad. La elección de la ropa representa un gusto para muchas personas, el interés por el aspecto físico es una cualidad normal en todo individuo emocionalmente sano.

Es realmente difícil determinar en qué época de la historia el humano empezó a usar vestimenta ya que las primeras prendas se empezaron a elaborar de materiales naturales biodegradables, su origen se basa en teorías históricas, antropológicas y descubrimientos arqueológicos. Se descubrió que las primeras agujas ya existían hace 40 mil años y eran usadas para coser ropa con alto grado de complejidad lo que supone que mucho antes ya se confeccionaban prendas más sencillas.

Un estudio reciente de la Universidad de Florida concluyó que el Homo Sapiens empezó a vestirse hace 170 mil años, dato que coincide con el inicio de la Edad del Hielo, esta fecha se calculó mediante el estudio de la secuencia del ADN de los piojos donde se observó un cambio al dejar de vivir en el cabello y la piel para hacerlo en la ropa.

Al terminar la primera era glacial 10 mil años a.C., el hombre empezó a establecerse en pequeños poblados donde se dedicó a la agricultura y la crianza de animales, así cultivó algodón y ovinos que le servirían para confeccionar su ropa de acuerdo a las necesidades climáticas, esta sería la primera base textil, posteriormente aparecieron el lino, la seda y el metal. A la par aparecieron los zapatos, los primeros fueron unas bolsas tejidas de paja que envolvían el pie.

Los antiguos egipcios usaban el lino comúnmente, aunque eran conocedores de otros materiales, debido a la creencia de que los tejidos animales eran impuros, la lana rara vez se usaba y estaba prohibida en lugares como templos y santuarios. El lino por ser ligero, fuerte y flexible lo hace ideal para climas cálidos. La calidad de las prendas variaba dependiendo de la clase social. Los hombres usaban taparrabos (schenti) combinados con túnicas o capas drapeadas, para las mujeres jóvenes faldas plisadas y túnicas ligeras, en las mayores eran vestidos drapeados y ajustados, los niños pequeños se mantenían desnudos hasta los 6 años. Hombres y mujeres usaban sandalias trenzadas con cuero.

La ropa griega antigua, era mayormente casera, consistía en largos de lino o lana regularmente rectangulares, se aseguraban con broches ornamentales o alfileres, un cinturón o fajín. Era de colores brillantes y no sólo blanca como se supone hoy; la túnica interior se llamaba peplos y era usada por las mujeres, era de lana gruesa con cierres en los hombros, el chitón era una túnica simple de lino usada por ambos sexos y todas las edades. El strophion era una prenda interior que usaban las mujeres alrededor de la cintura que se podía cubrir con la túnica.

Seguiremos con este recorrido a través de la forma en que nos hemos vestido y desvestido desde la prehistoria