• En la noche de Halloween de 2015, un cometa moribundo con forma de cráneo apareció sorpresivamente con rumbo a la Tierra.

Fuente: Muy Interesante

El espacio es un sitio tan fascinante como aterrador. Al margen de su incomparable belleza y las imágenes de la Tierra desde su órbita, se trata de un lugar hostil para la vida tal y como la conocemos.

La inmensidad del cosmos ha inspirado distintas corrientes literarias y cinematográficas relacionadas con el horror, como el terror cósmico de H.P. Lovecraft, que aborda temores humanos a partir de la relatividad de la existencia, las dimensiones paralelas o la presencia de criaturas alienígenas.

En octubre de 2015, un grupo de observatorios que forman parte del Centro para el estudio de los objetos cercanos a la Tierra (CNEOS) de la NASA advirtieron de la aproximación de un cuerpo extraño hacia nuestro planeta. De inmediato, los radiotelescopios de la mayoría de observatorios del mundo apuntaron hacia la ubicación aproximada para tratar de conocer las características del objeto en cuestión.

El 10 de octubre, el Telescopio Infrarrojo de la NASA (IRTF) en Hawái determinó que se trataba de un cometa moribundo que había agotado el hielo que se desprende cada que su órbita pasa cerca del Sol, provocando que su enorme cola de millones de kilómetros de longitud se apagara para siempre.

El objeto fue identificado como 2015 TB145 y después de hacer los cálculos correspondientes, el observatorio de Arecibo, Puerto Rico, logró crear la imagen más nítida del objeto a partir de miles de datos:

La imagen mostró lo que parecía un cráneo humano, con un par de depresiones en la superficie que simulan la órbita de los ojos y una más pequeña, propia de los orificios nasales. Los 600 metros de ancho del cometa encendieron las alarmas de la comunidad científica y las observaciones se multiplicaron.

Un par de días después, el CNEOS estimó que 2015 TB145 no representaba un riesgo para nuestro planeta, pero que pasaría lo más cerca de su órbita (a 486 mil kilómetros, aproximadamente 1.3 veces la distancia de la Tierra a la Luna) el 31 de octubre, justo en la noche de Halloween.

Con apenas veintiún días de diferencia entre el momento en que fue identificado y su perigeo (la distancia mínima a nuestro planeta), el avistamiento de este cometa extinto manifestó la vulnerabilidad de la Tierra ante amenazas que se aproximan desde el Sistema Solar exterior sin advertencia alguna. Afortunadamente, el cometa moribundo con forma de cráneo que nos visitó en Halloween escribió una historia curiosa y no una de terror en la Noche de Brujas.