Fuente: Hospital Universitario de Zúrich
Hasta ahora, el COVID-19 se consideró una enfermedad pulmonar, sin embargo, no estaba claro por qué los pacientes sufren fallos potencialmente mortales en otros órganos, además de los pulmones.
Un equipo interdisciplinario del Hospital Universitario de Zúrich ha demostrado que el SARS-CoV-2 (COVID-19) provoca inflamación directamente en los vasos sanguíneos y esto puede provocar falla o disfunción orgánica (presencia de alteraciones en la función de dos o más órganos en un paciente enfermo), e incluso, la muerte.
Los primeros pacientes con COVID-19 con progresiones severas de la enfermedad, sufrieron inflamaciones virales difíciles de tratar como una complicación pulmonar. Esta es una enfermedad típica relacionada con los coronavirus, ya que atacan las vías respiratorias.
Sin embargo, los médicos se dieron cuenta de que un número cada vez mayor de pacientes presentaba problemas cardiovasculares y falla orgánica múltiple, y no estaba claro en qué medida estaban relacionados con la inflamación de los pulmones de los pacientes. Como afectaba principalmente a las personas mayores, los médicos asumieron que la tensión ejercida en los pacientes por el virus provocaba problemas cardiovasculares que son típicos en este grupo de edad.
Cambios y SARS-COV-2 en cada vaso sanguíneo
Durante los análisis de muestras de tejido tomadas de pacientes que fallecieron por COVID-19, los patólogos del Hospital Universitario de Zúrich descubrieron que los pacientes no sólo sufren una inflamación de los pulmones, sino también una inflamación de todo el tejido endotelial en una amplia variedad de órganos.
El tejido endotelial es una capa celular que actúa como un “escudo protector” en los vasos sanguíneos, regula y equilibra varios procesos en los microvasos sanguíneos. La interrupción de este proceso regulador puede, por ejemplo, causar trastornos circulatorios en órganos y tejidos corporales, lo que resulta en necrosis celular y, por lo tanto, en la muerte de estos órganos o tejidos.
La profesora en patología Zsuzsanna Varga, quien utilizó un microscopio electrónico, verificó por primera vez que el SARS-CoV-2 está presente y causa necrosis celular en el tejido endotelial.
Virus ataca el sistema de defensa del cuerpo
Los investigadores han concluido que el virus no ataca al huésped a través de los pulmones, como se suponía anteriormente, sino que ataca directamente el sistema de defensa del cuerpo (sistema inmune) a través de los receptores ACE2 que se encuentran en el tejido endotelial, se propaga y causa una inflamación general del tejido endotelial, interrumpiendo su función protectora.
Esto significa que el virus no solo desencadena la inflamación de los pulmones, lo que causa luego complicaciones adicionales, sino que también es responsable de la endotelitis sistémica, una inflamación de todo el tejido endotelial del cuerpo que afecta a todo el sistema vascular del corazón, cerebro, pulmón, vasos renales, así como los vasos del tracto intestinal.
Las consecuencias son graves trastornos microcirculatorios que dañan el corazón, desencadenan embolias pulmonares y oclusiones vasculares en el cerebro, así como en el tracto intestinal, también pueden conducir a insuficiencia orgánica múltiple y a la muerte.
El tejido endotelial de pacientes más jóvenes es capaz de enfrentar los ataques lanzados por el virus.
La situación es diferente para los pacientes que sufren de hipertensión, diabetes, insuficiencia cardiaca o enfermedades coronarias, pues tienen una cosa en común: su función endotelial está marcadamente deteriorada. Si estos pacientes se infectan con SARS-COV-2, estarán particularmente en riesgo ya que su función endotelial ya debilitada disminuirá aún más.
Enfoque doble para salvar a pacientes de alto riesgo
“A través de nuestro estudio, ahora podemos proporcionar evidencia para respaldar nuestra hipótesis de que COVID-19 no sólo puede afectar los pulmones, sino también los vasos sanguíneos en diferentes órganos. COVID-19 es una inflamación sistémica de los vasos sanguíneos y ahora también puede referirse a la enfermedad como endotelitis por COVID-19”, dijo el profesor Frank Ruschitzka, director del Departamento de Cardiología, quien resumió los hallazgos de cardiólogos, infectólogos, patólogos y médicos de cuidados intensivos.
Ruschitzka también cree que el tratamiento para los pacientes con COVID-19 debe abordar dos puntos: “Tenemos que disminuir la replicación de virus y proteger y estabilizar los sistemas vasculares de los pacientes al mismo tiempo. Esto se aplica principalmente a pacientes que padecen enfermedades cardiovasculares y ya han sido diagnosticados con una función endotelial deteriorada, así como para aquéllos con factores de riesgo conocidos para una progresión severa de COVID-19”.