María del Carmen Delfín Delgado

Este siglo es nuestro, como debieron ser los anteriores desde que el primer humano pobló este mundo; tuvimos que dejar pasar ante nuestros ojos y sobre nuestros cuerpos la ignominia y dolor del sojuzgamiento, permitir que nuestra nobleza se confundiera con debilidad para aminorar el sufrimiento de otros, expiar culpas ajenas clavadas como espinas sobre el alma por castigo al exigir justicia, soportar el degrado de ser comparadas con el más ínfimo ser por aquellos que son menos que eso, entregar nuestra carne a los hambrientos lobos depredadores de la pureza, vivir como servidoras y no como compañeras, permanecer vivas aunque muertas por dentro.

Hoy tu voz, mi voz, la de todas, se esparce por el mundo como estruendo que abre mares, parte montañas, atraviesa ríos, derrumba barreras, destruye maléficos encierros, rompe ataduras, desgarra falsos atuendos. Este grito acomodó las piezas que forman el universo donde brillará eternamente, sabia, sensual y amorosa, la constelación llamada Mujer.

Maricarmen Delfín Delgado

Primavera del 2019